La semana laboral de cuatro días está ganando impulso a medida que empresas y gobiernos de todo el mundo se replantean su forma de trabajar. Lejos de limitarse a reducir las horas de trabajo, este modelo prioriza la eficiencia y el bienestar de los trabajadores, permitiéndoles trabajar de forma más inteligente, no más tiempo, manteniendo su salario íntegro.
Motivado por los cambios mundiales durante la pandemia de COVID-19 y apoyado por organizaciones como 4 Day Week Global, este movimiento ha demostrado beneficios reales y tangibles, como el aumento de la productividad, la mejora de la salud mental y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. Los ensayos realizados en países como Islandia, Reino Unido y Nueva Zelanda han sentado un precedente, inspirando a empresas de todos los lugares a replantearse los métodos de trabajo tradicionales.
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